Gracias a trabajos de investigación como los de Jesús Menéndez Peláez y Celsa Carmen García Valdés, podemos conocer el perfil general de la historia del teatro en Asturias. El Teatro en Asturias y El Teatro en Oviedo son obras que, a comienzos de los ochenta, abren nuevas perspectivas en el conocimiento del pasado de la actividad escénica regional. Pero al arte teatral propiamente dicho, hay que añadir, para el conocimiento de la representación escénica asturiana, las tradiciones populares de disfraces de los sidros, guirrios, zamarrones, bardancos, zaparrastros y -por lo que se refire a Tineo- guilanceiros. Rafael Lorenzo recoge las dos tradiciones -una de teatro de autor y otra de tradiciones populares anónimas- y nos muestra el pasado teatral de Tineo. Por lo que se trata de una primera aproximación a un aspecto de nuestro pasado comarcal nunca estudiado con anterioridad de un modo global o íntegro, desde el siglo XVI a nuestros días. Y la primera impresión que produce este texto de Rafael Lorenzo es la insospechada riqueza del pasado teatral de Tineo. Teníamos la vaga idea de que la actividad escénica se había limitado a la presencia episódica en Tineo de alguna cuadrilla de cómicos de la legua. Gracias a este trabajo de Rafael Lorenzo, sabemos que hubo en Tineo un buen número de iniciativas en torno al teatro, cuya culminación fueron, sin duda, los años de la Segunda República. Es entonces cuando, siendo alcalde don José Maldonado, se produce el momento de mayor fervor educativo y cultural de toda la historia del concejo.
Prólogo de Manuel Campa