Narraciones de invierno constituye un extenso libro en el que se incluyen diferentes escritos (cuentos y alguna novela corta) de tema vario, pero que guardan entre todos ellos un nexo común especialmente en lo referente a la atmósfera de melancolía y ternura con la que su autor ha sabido envolver el continuo drama humano que acontece en sus personajes: Seres explotados, marginados, burlados, disminuídos, pero siempre delicados y limpios de corazón que sucumben en el turbulento bregar de una existencia apresada por una sociedad anacrónica e injusta; seres que viven debatiéndose entre el dolor y la subsistencia, entre la miseria y la fantasía. De tan reales que son, diríase que parecen imaginarios. Sin embargo, ésta agonía y esta precariedad queda, a la postre, trascendida por un vitalismo que impregna sutilmente toda la obra.
(Del prólogo de José Luis Mediavilla)