“Mi piel, mi carne, mi sangre, mi templo” ofrece un análisis detallado y comparado de algunas de las propuestas artísticas más arriesgadas del arte feminista contemporáneo en la escena transnacional. En la primera parte, centrada en el análisis de varias artistas y colectivos del Estado español que desarrollan sus trabajos en torno al movimiento postporno, María Rodríguez reflexiona sobre los desafíos que las obras de Girlswholikeporno, Diana J. Torres o el Colectivo Post-Op plantean a la configuración hegemónica de los cuerpos contemporáneos y las relaciones de poder que de ellas se derivan, abordando cuestiones relacionadas con la sexualidad, el género, el sexo, la identidad o el deseo. La segunda parte establece una comparativa entre los proyectos artísticos de Pussy Riot y Factory of Found Clothes, dos colectivos feministas rusos conocidos a nivel internacional. Irina Izotova examina las tácticas de resistencia feminista que ambos colectivos ponen en práctica en sus obras perfomativas, prestando particular atención a la representación de una feminidad crítica articulada en torno al eje fortaleza vs vulnerabilidad.