La asistencia a la escuela constituye, seguramente, la obligación más rígidamente implantada en las sociedades desarrolladas, a la par que la más legitimada socialmente. Así, el tiempo y el espacio de la infancia son hoy, antes que nada, un tiempo y un espacio escolares. La escuela ha acabado por presidir la vida infantil no sólo porque se ha configurado definitivamente como el espacio institucional desde el que abordar, de una manera general y básica, la formación de habilidades, comportamientos y conocimientos consensuados socialmente como deseables sino, más allá, y quizá de manera más determinante, en cuanto que constituye de hecho un espacio social que condiciona la vida de los niños, acomodando sus tiempos biológicos, introduciéndolos en el aprendizaje de las relaciones sociales y resituando a cada uno en relación con los otros mediante una sanción simbólica propiamente institucional. Analizada en su evolución histórica, la institución escolar revela, sin embargo, graduales procesos de cambio y evolución a la vez que permanencias sustanciales.
Este trabajo constituye una aproximación a la historia de la escuela y, más específicamente a la historia de la escuela en Asturias, reducción que adquiere significado si se tiene en cuenta que, si bien la construcción del sistema educativo español ha respondido a un modelo uniforme y centralista, ello no es óbice para que las situaciones diferenciales de las distintas regiones del territorio nacional hayan determinado en buena medida las diversidades a que antes aludimos. La orografía asturiana, su clima, su sistema producctivo, su específico régimen de la propiedad, su carácter de zona receptora y emisiora de población, la fuerte consolidación de la conciencia de clase entre los grupos sociales, sus diferentes hábitats de población, etc, han sido elementos determinantes en la conformación específica de su sistema escolar.
Texto incluído en la presentación del libro Los patronos de la escuela. Historia de la escuela primaria en la Asturias contemporánea .