Francisco Antonio Peláez

La figura de Francisco Antonio Peláez ha sido desconocida para los bibliográfos e historiadores de la medicina y la odontologías españolas, quienes no pudiendo pasar por alto el contenido de su libro se han limitado a reproducir el breve currículum que el autor deja en el frontis por el que se declara Cirujano en esta Corte y Dentista de los Reales Hospitales.
Lo cierto es que Peláez nació en la villa asturiana de Benia en febrero de 1736, no muy lejos del día de su bautismo, el 13 de dicho mes, pues era costumbre de la época cristianar al recién nacido lo antes posible.
Cúando marchó a Madrid y cuáles fueron sus estudios son interrogantes todavía sin despejar, pero con respecto a lo segundo no arriesgamos si decimos que estamos ante un cirujano menor que se dedicó entre las tareas menores de su profesión a la práctica del arte dental, todavía sin regular en aquellos días.
Muy seguro se hallaba de su ciencia en las diversas parcelas de la misma (extracciones, prótesis, limpieza, etc.) toda vez que renunciaba a sus honorarios si en el plazo de ocho días el cliente no quedara satisfecha, tal y como se anuncia en 1770 en el periódico La Gazeta de Madrid.
Tuvo Peláez también un discípulo, don Pedro Fernández Rodríguez, quien le sucedería en su trabajo hospitalario y que en 1805 residía en la propia casa del difunto.
Ocho días antes de su muerte, Peláez, sintiéndola cercana, decide hacer la correspondiente ‘Declaración de pobre’ ante el escribano D. Julián Marchena. Contaba 69 años de edad. En este documento obtenemos otras informaciones como sus dos casamientos, el primero con doña Juana Amerigo. El 13 de junio de 1789 había contraído segundas nupcias con Dña. Felipa Sanz.
Francisco Antonio Peláez fallecía el 12 de junio de 1805 y tal como había dispuesto recibió sepultura en la parroquia de San Justo y Pastor como consta en sus libros de defunción.